Nacer de Nuevo

¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?

Esas fueron las preguntas que le hizo a Jesús un hombre llamado Nicodemo, y es definitivamente lo que cualquiera puede cuestionarse, cuando escucha de ese tema, sin embargo, nacer de nuevo, es mucho más que eso, hemos diseñado este articulo con el objeto de poder ayudarte a comprender cuál es el verdadero significado de un nuevo nacimiento.

Qué significa nacer de nuevo

Parece muy absurdo que una persona pueda nacer de nuevo, en realidad biológicamente es imposible hacernos tan pequeños como para entrar nuevamente en el vientre de una mujer, y volver al mundo a través del canal del parto, pensar que eso puede suceder es una locura.

Pero algo tiene que pasar, porque de otro modo Jesús no hubiera dicho “Os es necesario nacer de nuevo”, o acaso estaba jugando, de ninguna manera, él hablaba muy en serio.

La frase que hoy nos ocupa, “Nacer de nuevo” tiene un significado mucho más profundo, es el cambio espiritual realizado en el corazón de una persona en la que su naturaleza pecaminosa es cambiada, creando en ella una nueva dimensión de vida moral.

En otras palabras, es un nacimiento espiritual, en el que el Espíritu Santo, toca el espíritu del hombre, viene a una nueva vida y es declarado hijo de Dios; o simplemente es un cambio radical en tu vida, que te lleva a vivir apartado de lo malo y consagrado a la perfecta voluntad de Dios.

Es el compromiso de vida, que haces voluntariamente, de caminar en sendas de amor, de justicia, de paz y sobre todo de obediencia, orientado por el poder del Espíritu Santo de Dios.

Cómo Nacer de Nuevo

Nacer de nuevo es como todo proceso, una renovación que se da paso a paso, y no de un día para otro, el tiempo que pueda llevarte no es lo que realmente importa, sino la disposición del corazón a crecer cada día.

Convertirte en un nuevo hombre, es un acto interno que se evidencia a través de acciones externas, es decir debes mostrar hechos prácticos que sean coherentes con tu cambio espiritual.

Para nacer de nuevo se necesita un genuino arrepentimiento de nuestros pecados, y la disposición a cambiar según lo que dicte la Palabra de Dios, humillados bajo su poderosa mano, sabiendo que no es con nuestras fuerzas sino con las suyas, sin que eso signifique que nos sentaremos a esperar lo que él hará, sino por el contrario esforzarnos cada día en ser mejores hasta llegar a la estatura del varón perfecto; en ese sentido, no es una varita mágica que activamos, es como un rompecabezas que va añadiendo pieza por pieza hasta estar completo.

Ahora bien, existen dos formas de experimentar el nuevo nacimiento, se trata del agua y del espíritu, es lo que veremos a continuación, presta mucha atención.

Nacer del agua

Tal vez conocemos, o quizás lo hayamos visto en una película, una persona que dé a luz en el agua, parece ser un acto por demás emocionante, pero no ahondaremos mucho en eso, porque como bien sabemos no es ese tipo de nacimiento al que nos estamos refiriendo.

Hablaremos entonces de un término denominado Bautismo, es un acto de limpieza y purificación, simbolizado en la acción de sumergirse en el agua, representando de esa forma, la muerte a la vida antigua y la resurrección a una nueva vida plena en Cristo Jesús.

Para llegar a eso, hay que reconocer al bautismo como un acto de obediencia y compromiso con Dios, que además debe ser voluntario, de manera que es irrepetible en la vida del creyente, es así que, el bautismo permite al hombre identificarse con Jesucristo, además le da sentido de pertenencia, en relación a la iglesia concebida como el cuerpo de Cristo, e indudablemente la satisfacción de cumplir la voluntad de Dios.

Nacer del Espíritu

Para hablar de este tema, inevitablemente, debemos referirnos al termino señor, el cual es una palabra asociada tanto al género humano como a Dios y expresa diversos niveles de honor, dignidad y majestad, es decir que es alguien de autoridad; como cuando se hace referencia al señor de la casa, se está dejando claro que es el jefe, ese que dirige al resto de la familia.

En ese orden de ideas, una persona que toma la decisión de rendir su vida a Cristo, es porque le ha aceptado como el Señor de su vida, de manera que le ha entregado su corazón y está dispuesto a hacer su voluntad, de modo que renace espiritualmente y recibe nueva vida de parte de Dios; por medio de la fe en Cristo, este nuevo nacimiento, le cambia desde adentro, reacondicionando su actitud, sus deseos y sus motivos.

Es así que, experimenta un cambio interno, así como si le trasplantaran su corazón de piedra por uno de carne, y no necesariamente porque en otro tiempo haya sido de malos sentimientos, sino porque ahora tiene un corazón sensible a la voz de Dios, por lo que se dispone a actuar como a él le agrada.

¿Por qué necesito nacer de nuevo?

Quizás el hecho de nacer de nuevo parezca poco importante, o hasta innecesario, en el sentido que pudiéramos decir, que una ceremonia de sumergirse en agua no es imprescindible para vivir, además yo soy buena persona, no le deseo mal a nadie, y con lo que he hecho ya tengo el cielo ganado; si esa es tu manera de pensar, definitivamente estas equivocado.

Nacer de nuevo es una necesidad apremiante, que cada día se hace más urgente, indudablemente tendríamos un mundo mejor, si todos nos planteáramos el reto de hacerlo, seriamos mejores personas, no hubiera maldad, todos buscaríamos el bien del otro, sería como tener el paraíso en la tierra, de cualquier modo recuerda que el cambio comienza por nosotros mismos, así que si otros no se han decidido, puedes comenzar tú.

En ese orden de ideas, te vamos a enumerar una lista de 5 razones, por las que necesitas nacer de nuevo:

  1. Serás una nueva criatura desde tu interior, el Espíritu Santo te da nueva vida y ya no serás el mismo jamás.
  2. Tendrás un consolador en momentos de aflicción.
  3. Gozaras de la guía perfecta para hacer todas las cosas.
  4. Estarás en paz con contigo, con Dios y con el mundo, en este siglo y en el venidero.
  5. Serás un granito de arena para apostar hacia un mundo mejor.

No se trata de ser reformados, rehabilitados o reeducados; somos nueva creación, viviendo en unión vital con Cristo, no es dar la vuelta a una hoja nueva, sino empezar una nueva vida bajo un nuevo maestro.

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